Cómo equilibrar el trabajo y la familia
Algunas mujeres, después del nacimiento de sus hijos, optan por apartarse de la vida laboral y dedicarse por completo a su crianza. Sin embargo, existe una gran mayoría que decide mejor continuar trabajando
En este sentido, es mejor que la mujer considere la gran variedad de oportunidades laborales y de alternativas que existen en un mismo trabajo, pero el hecho de que las haya no significa que la empresa esté dispuesta a ofrecerlas como son el tempo parcial, tiempo flexible o trabajo compartido.
El trabajar a tiempo parcial no quiere decir, simplemente, que se divida el número de horas de trabajo por la mitad sino que se podría trabajar tres días a la semana o cada día, pero sólo cuatro horas, o todo el tiempo, pero sólo por temporadas.
Si se hace a tiempo flexible, se trabajará un número de horas acordado a la semana; por ejemplo, comenzando dos horas antes los lunes, pero dejando el trabajo dos horas antes los miércoles.
En algunas empresas existe la posibilidad de compartir el mismo trabajo con otra persona. De esta forma, una tarea que requiere de una jornada completa puede realizarse entre dos personas, proporcionándole a ambas un trabajo a tiempo parcial. Otra opción es el teletrabajo, realizando las tareas desde casa un número determinado de horas o días a la semana y acudiendo otras a la oficina.
¿Cómo plantear la petición
Una vez la mujer sabe lo que desea en cuanto a las opciones de trabajo, es necesario anticiparse a las consideraciones que hará la empresa a su petición. Es decir, se trata de ofrecer argumentos para llevar a la práctica estos cambios de manera positiva, ofreciendo soluciones.
Por ejemplo, ¿Se ha pensado en la posibilidad de reducir el tiempo para comer y así poder salir antes? ¿Se podría compartir el trabajo con otra persona que conozca de la empresa? ¿Quién puede ser el candidato adecuado? ¿Funcionaría bien la unión?
Si todo lo anterior está considerado, es importante hablar francamente con el jefe de los deseos y expectativas y comentar que si se puede compatibilizar ambas parcelas de la vida, se será, con toda segundad, una trabajadora más eficiente y satisfecha.
Para conocer de antemano la reacción de la empresa, es necesario hablar con los compañeros. Tambiién resulta positivo averiguar si antes alguien ha hecho una propuesta similar, si hay más gente trabajando a tiempo parcial, por ejemplo, y cómo son sus condiciones de trabajo. Cuanto más se sepa sobre la actitud de la empresa al respecto, más probable que se presente una alternativa adecuada.
Ponerse en el lugar de la empresa
Es importante observar, también, la propuesta desde el punto de vista de la empresa. ¿Qué beneficio puede sacar de ella? En este sentido, hay un estudio que indica que cuando hay posibilidades de conciliación familiar, cerca del 70 por ciento de las mujeres vuelven al trabajo tras ser madres, mientras que si la empresa no ofrece este tipo de planes, tan sólo regresa un 44 por ciento.
Por otro lado, si la empresa ha invertido en el reclutamiento y formación de la trabajadora y ella se va, perderá su inversión y la experiencia adquirida. Es importante que la trabajadora se asegure de que sepan lo que estarían dejando pasar y dejar constancia de ello. Muchas veces los empresarios valoran el trabajo por el número de horas y no por el rendimiento, cuando tendría que ser al contrario.
Dejar por escrito el acuerdo
Si se ha llegado a un acuerdo beneficioso para ambas partes, es necesario que se consiga que el acuerdo quede por escrito con la firma de ambas partes para evitar que la empresa luego cambie los términos alcanzados.
Si se ha negociado un cambio en la jornada laboral, es probable que se haya perdido el derecho a volver a trabajar a tiempo completo. Por eso, si transcurrido un tiempo se quiere volver a la antigua forma de trabajo, es necesario que quede plasmado a la hora de la firma del acuerdo.
Tiempo completo o nada
Como no todas las empresas ven ventajas en permitir horarios afines al periodo posnacimiento, se debe estar preparada por si se encuentra en esa situación una vez terminada la baja de maternidad.
Puede que no impongan el horario completo y que, en el mejor de los casos, ofrezcan un trabajo a tiempo flexible, pero, eso sí, en peores condiciones. ¿Se estaría dispuesta a aceptarlo? Es necesario recordar que el hecho de que no haya puestos a tiempo parcial en la empresa no es una razón suficiente para rehusar la solicitud, como tampoco lo es la argumentación de que al tener un puesto ejecutivo no se pueda compartir el trabajo con otra persona o, lo que es peor, que el estrés que, al parecer, puede presentarse al tener que compartir trabajo y bebé va a redundar negativamente en el trabajo y que, por tanto, lo más adecuado es poner a la trabajadora en otro puesto de menor categoría y responsabilidad.
Si se cree que la empresa no ha considerado adecuadamente la solicitud o la trabajadora se siente discriminada por ser madre, es necesario considerar poner una demanda ante la Magistratura del Trabajo por discriminación sexual, pero esta opción deberá quedar en último lugar, cuando se haya agotado todo tipo de acuerdos y de vías ante la empresa. En todo caso, se debe saber que el despido por causas relacionadas con la maternidad se considera nulo.
Cómo conjugar trabajo e hijos
Si todo ha salido satisfactoriamente y se ha podido regresar al trabajo en las mejores condiciones. Ahora le toca a la trabajadora poder conjugar en armonia tanto el trabajo como los hijos, pero ¿Cómo se puede hacer eso? A continuación algunas recomendaciones:
- Cuidarse Se necesita estar en forma, tanto física como psíquicamente, para poder realizar el trabajo y al mismo tiempo cuidar del hijo y del hogar, tareas que van a necesitar de toda la energía. Por eso, es fundamental que el alimentarse bien, dormir las máximas horas posibles, hacer deporte para recuperar la forma perdida y practicar algún tipo de ejercicio de relajación.
- Compartir las preoucupaciones Con la pareja, con una amiga de confianza, con la familia y, si es necesario, con un psicólogo que ayude a salir del bache. No se debe pretender hacerlo todo sola; ahora, más que nunca, se necesita apoyo emocional y ayuda.
- Buscar la mejor opción para cuidar al niño, pues si se siente totalmente segura de que, en la ausencia, el niño estará bien atendido, costará menos separarse de él. Llevar al niño a la guardería, dejarlo con algún familiar o buscar una persona de confianza para que lo cuide en casa son opciones igualmente válidas, pero los padres son quienes deben decidir cuál es la que consideran mejor.
- Eliminar las tareas innecesarias y se debe dar prioridad a lo esencial para que se pueda dedicar más tiempo al hijo. Hacer comidas menos elaboradas, cocinar en grandes cantidades y congelarlas luego, comprar por Internet, no planchar aquello que no sea imprescindible, etc.
- Llevar una agenda. Usarla para organizar la jornada. Apuntar cada cosa que se tenga que hacer, tanto las profesionales como las de índole familiar; se comprobará enseguida cómo todo funciona mucho mejor y se sentirás mucho menos agobiada.
- Procurar que los fines de semana sean la familia. Esos días, salvo que ocurra algo muy importante o urgente, deben ser sagrados para la familia y por supuesto, ¡no se debe llevar trabajo a la casa!
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