¿Soy jefe o líder?
Aunque a simple vista pareciera que estos dos términos fueran casi sinónimos, la realidad nos indica que no guardan similitud alguna.
Líder se entiende como aquella persona capaz de inspirar y guiar a los demás, modelo a seguir para todo un grupo que lo reconoce como guía u orientador.
En cambio, el jefe es la figura que se encuentra en el nivel superior de una jerarquía y que tiene las facultades necesarias para mandar a sus subalternos
La primera gran diferencia entre estas dos figuras radica en la connotación que se les dé a sus significados
El concepto del liderazgo se ha hecho palpable por los resultados positivos que ha tenido en el desarrollo eficiente de las corporaciones que lo han puesto en práctica.
El líder se involucra con sus seguidores, fija el rumbo de la organización y logra que los demás compartan esa visión a fin de trabajar en conjunto para alcanzarlo. Su principal motor es la relación interpersonal que tiene con cada una de las personas asociadas al grupo, genera compromiso y hace del trabajo un privilegio.
Hoy, donde la comunicación se realiza por un teléfono móvil, mensajería instantánea o internet, los líderes deben comprender que su potencial para influir sobre otros se extiende más allá de las 8,10 ó 20 personas que tiene a su cargo. Sus seguidores pueden
ser proveedores, distribuidores, clientes o incluso otros líderes. Por eso, debe considerar las diversas opiniones, antecedentes, cultura y estilos de las distintas personas a quienes conduce, para sacar su mejor potencial, que en conjunto lo ayudarán a conseguir las metas dispuestas por la empresa.
El liderazgo exitoso depende de la conducta o comportamientos, de las acciones apropiadas más que de los rasgos personales en sí.
El jefe se ha convertido en ese alto mando que transmite autoridad, poder, autocracia y en ocasiones infunde temor. Se trata de la persona capacitada para dirigir el rumbo de la compañía, capaz de delegar funciones en momentos clave. Es la figura que sabe cómo se maneja el negocio y con base en ello, dirige y amolda a su personal a fin de conseguir sus objetivos. Es la autoridad y cuenta con el poder. Pero, ¿qué es la autoridad y para qué sirve el poder?
El término autoridad hace referencia al “derecho” o la “obligación” de procurar obediencia para que las cosas se hagan. En el ámbito empresarial se puede decir que los jefes tienen autoridad para decirles a sus subordinados las tareas que deben realizar. El poder, en cambio,- es la capacidad demostrada de lograr obediencia para que las funciones asignadas se cumplan.
Pero, no podemos llamarnos jefes si no manejamos el poder y la autoridad de manera positiva para la empresa. En medidas equilibradas y ejerciendo cada concepto en el momento oportuno, obtendremos la admiración y el respeto de los colaboradores que ya no nos verán con temor, sino como el maestro del que se aprende y se confía.
No obstante, el rol del jefe ha ido evolucionando a medida que el comportamiento organizacional opta por crear nuevos conceptos. El jefe de hoy es el que se involucra, apoya, ayuda y entrena. Brinda soluciones y utiliza un estilo comunicativo de conducción. No da órdenes, ahora delega funciones y tiene una participación activa en el proceso.
Recuerde que, como jefe, usted tiene el poder de convencer, motivar, influenciar e incentivar. Su éxito depende en gran medida de lo productivo que puedan ser sus empleados. Por ello, al margen de sus funciones, usted debe tener la capacidad de trabajar eficazmente con sus colaboradores y generar en el entorno un ambiente agradable de trabajo en equipo. Esto lo llevará a convertirse en un jefe con aptitudes de liderazgo..
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