Alimentación y trabajo ¿Cómo no descuidarse?

Publicado en Empleo y vida en el trabajo

Muchas trabajadores pasan toda su jornada laboral sin apenas moverse, ya sean sentados frente a un ordenador o de pie como en el caso de los vendedores de mostrador, capacitadores, etc..

Igualmente, descuidan en muchas ocasiones su alimentación al consumir comida con gasa saturada (chatarra o basura) e ingeriendo bebidas (gaseosas, jugos enlatados, etc.) con exceso de ázucar.. Todo esto pone en riesgo la salud del trabajador.

Entonces surgen las siguientes interrogantes: ¿Qué puede hacer el trabajador para evitar esta situación? ¿Qué medidas debe tomar?

En este sentido, el informe ‘Dieta, Nutrición y Prevención de Enfermedades Crónicas’ realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de la ONU para Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) reflejó que el 59% de los fallecimientos registrados en el mundo se debieron a enfermedades causadas por una mala nutrición y su estrecha relación con comida saturadas en grasas y sal, productos enlatados y la disminución del consumo de hojas verdes.

Sin embargo, ¿Quién no ha consumido alguna vez en un restaurante de comida rápida? ¿O ha preferido pasar por el auto rápido y pedir un combo #1 en vez de llevar a la oficina comida casera?

Esto en muchas ocasiones se debe a la falta de tiempo para preparar alimentos mucho más saludables. Aún así los restaurantes de comida rápida se han metido en la onda Light y ahora ofrecen comidas preparadas con vegetales y pollo a la plancha.

¿Cómo afecta la mala alimentación al trabajador y a la empresa?

Según estudios de la Oficina Internacional de Trabajo (OIT), la mala alimentación en horas laborables causa pérdidas de aproximadamente 51 mil 600 millones de dólares en costos de atención médica, 3 mil 900 millones de dólares de pérdidas en productividad y un singular aumento de las ausencias en el trabajo- de los cuales 62,6 millones son visitas médicas, 392 millones de jornadas laborales perdidas, 89,5 millones en cama y 239 millones de jornadas con actividades condicionadas o limitadas por salud.

Por el otro lado, algunos datos indican que el simple hecho de no aportar en la comida los nutrientes indispensables puede agraviar los estados de ánimo, la falta de reflejo, el aumento de peso, y lograr disminuir hasta un 30% en su desempeño profesional.

¿Qué se puede hacer al respecto?

Una forma ingeniosa de mantener su salud y bienestar, es planificar diariamente las comidas que llevará cada semana.

Prepare una lista de lo que le gustaría comer, como puede prepararlo y qué días llevarlo. Una mala alimentación dificulta la faena laboral, agregando pereza, cansancio y depresión. El simple hecho de no aportar en su comida los nutrientes indispensables puede agravar los estados de ánimo, la falta de reflejo y el peso, y lograr disminuir hasta un 30% en su desempeño profesional. Recuerde que en vez de comenzar dieta, empiece por comer saludable.

Christopher Wanjeck, autor del libro ‘Food at Work’ (Alimentación en el trabajo) plantea una serie de estrategias de alimentación creativas y de fácil acceso para lograr un balance en su rutina alimenticia. El desayuno es indispensable para iniciar un buen día, sobre todosi añade frutas, lácteos y caloría de carbohidratos encontrados en cereales, mieles y pan integral, resultando una opción inteligente para vitalizar el organismo y suministrar la energía suficiente.

Si su trabajo es en una oficina o debe permanecer sentado en su jornada, un plato que contenga ensalada, arroz o pasta, carne o pescado con igual frecuencia en el consumo y un estimado de 4-6 huevos por semana, si no existe contraindicación médica, aseguran parte de las vitaminas, minerales y fibra que necesita el cuerpo para soportar cualquier tipo situación, mejor aún si realiza deporte por lo menos 3 veces a la semana.

En trabajos de gran stress físico o mental, como construcciones, ganadería o agricultura, es recomendable almorzar comidas ricas en fósforo, vitamina B12, zinc, piridoxina, niacina y nutrientes implicados en el funcionamiento nervioso. Las meriendas entre comidas, siempre y cuando sean ligeras como una manzana, yogur o emparedado, nivelan la glucosa, ayudan a la concentración y reducen la fatiga en cualquier persona.

Reduzca el consumo de café, y reemplácelo por sustancias naturales o café descafeinado. El ingrediente más activo del café es la cafeína, un estimulante del sistema nervioso central y en exceso puede producir dolores de cabeza, nerviosismo, e insomnio. A la larga reduce el calcio, trayendo como consecuencia la osteoporosis, una enfermedad común en mujeres de edad avanzada.

¿Las empresas pueden ayudar?

En los países en desarrollo, muchos empleados optan por almorzar encima del escritorio. El ritmo de vida acelerado no da cabida para una adecuada alimentación. Las compañías deben preocuparse por la salud de sus colaboradores implementando espacios cómodos y comedores limpios y bien equipados.

En Singapur, los trabajadores de Glaxo Wellcome Manufacturing (GWM) solicitaron a sus jefes remode-lar el área de almuerzo y ofrecer alimentos más sanos. Desde entonces, los gastos médicos de GWM disminuyeron un 13% y, desde 2002, se redujeron las ausencias laborales casi por la mitad, pasando de 3,7 a 1,9 días, lo que representa un ejemplo de una buena productividad si se invierte en nutrición.

Por lo general, el trabajo u oficina es el lugar en donde se pasa la mitad del día, o un tercio de las horas, y tomar medidas a favor de la salud, mientras realizamos nuestra faena, debe ser parte de nuestro ritual de vida.