Cómo influye el grupo de ejecutivos en la efectividad de la empresa
Aunque la efectividad de una empresa es la suma algebraica de las aportaciones de todos los que forman parte de ella —las que suman y las que restan—, el gran peso del resultado final está en sus ejecutivos, siempre de arriba hada abajo.
La empresa es, entre otras cosas, un “foro” donde los “actores” buscan satisfacer sus necesidades personales, desde las materiales, para subsistir, hasta la de trascender como seres humanos.
Los ‘primeros actores” son los ejecutivos y el resto del “elenco” sigue su ejemplo
El comportamiento de unos cuantos —los ejecutivos— puede transformar el de todos los integrantes de la empresa.
Los ejecutivos, en conjunto, son quienes más influyen en la cultura de una organizaáón: al transmitirla —modelando y viviendo sus valores y creencias—, al agregar prácticas útiles o al mejorarla, preservarla, consolidarla, peijudicarla o al acabar con ella.
Los ejecutivos se deben a su organizaáón; por tanto, han de actuar alineada y armónicamente para el mayor beneficio de su empresa. Deben asegurarse de que sus esfuerzos —y los de su área— están sincronizados con los de otros ejecutivos y áreas de la compañía; asimismo, deben cooperar —en vez de competir— con sus colegas, compartir la misma visión y las mismas metas empresariales, cumplir las mismas normas de disciplina, ver su futuro unido al de la compañía y “conspirar”—respirar juntos— a favor de su empresa. En la medida en que el grupo de ejecutivos actúe con estos principios, la empresa será más efectiva.
No es lo que se da siempre… pero hay que luchar por lograrlo. Para ello, los ejecutivos tendrán que minimizar su ego —su demandante “voz interior”—, ir más allá de sí mismos y superar “necesidades” (como hacerse notar, lucir y cuidar su posición y “estatus”) para un gran propósito superior: servir mejor a la empresa, a sus clientes, a sus compañeros de trabajo y a sí mismos.
Al respecto, todo ejecutivo debe preguntarse lo siguiente:
- ¿Cómo podría ser más efectivo en mi puesto?
- ¿Cómo podría ayudar más a mis subordinados?
- ¿Cómo podría ser un mejor “modelo”?
- ¿Cómo podría mejorar los resultados de las funciones a mi cargo?
- ¿Cómo podría ser más útil a mis colegas?
- ¿Cómo podría servir más a mi empresa… a mi comunidad o a mi país?
Papel que desempeña el director general
Las orquestas sinfónicas ejemplifican muy bien la efectividad de una organización. Cuanto mejor y más prestigiada sea la orquesta, su director contratará a los mejores ejecutantes y a tan buenos músicos, que podrían ser solistas en orquestas de menor nivel o preeminencia.
El director de la orquesta tiene en su partitura —tácitamente escrita por él mismo— lo que cada instrumentista debe tocar y cuándo debe hacerlo. Su responsabilidad y razón de ser es dirigir y lograr que cada músico toque concertada, alternada o entrelazadamente a tiempo; además, lo que debe tocar ha de hacerlo bien.
Los ejecutivos son los primeros violines
Cada gran director de orquesta tiene su estilo o manera de conducir. Los grandes directores logran que cada ejecutante dé lo mejor que puede para una gran audición.
Algunos conductores excelsos dejan de mover la batuta por momentos y sólo están en el estrado. Pero sus músicos saben que los está escuchando y hacen lo que deben para una gran audición.
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