Cómo dirigir con originalidad
El arte de dirigir de forma eficiente a un personal no resulta fácil
Muchos lo comparan con hacer un viaje o con un trayecto por la vida empresarial. Si no se es un buen viajero, la travesía puede resultar ineficaz y fastidiosa.
A semejanza de los itinerarios organizados por las agencias de viaje, la dirección puede caer en el programa establecido por la cultura inherente de la empresa, la del ramo o la del estilo familiar de gobernar, que no necesariamente es el más acertado, aunque en el pasado haya sido exitoso.
Las costumbres en el acto de dirigir, hoy más que antes, deben ser cuestionadas con periodicidad, de manera que no se caiga en la comodidad de la tradición y de calcar el estilo de mandar de los dirigentes anteriores o de accionistas, funcionarios, y proveedores, entre otros, que no tienen relación con la operación del equipo.
A continución se detallan algunas recomendaciones para que el viaje empresarial sea lo más adecuada posible
Tips para dirigir con originalidad:
Frecuente las áreas en las que conviven los empleados. Es la vida de la empresa. Son “baños de gente”, que le ayudarán a comprender mejor a su personal. Además de animarlos con su presencia, si es que la ejerce en plan de convivencia real y franca, y no de supervisión, pues, los puedes inhibir. En estos encuentros no es imprescindible hablar del trabajo, escuche el doble de lo que usted mismo habla.
Muestre su disponibilidad para escuchar las sugerencias. Sus mandos medios y el personal elemental conocen mejor la empresa en sus cimientos, pues viven el día a día de los distintos procesos.
Procure no dirigir solo. Busque buenos compañeros de viaje. Dará más trabajo escuchar y, en la medida de lo razonable, modificar sus decisiones, pero solo así saldrá realmente de la inercia histórica de los otros modos tradicionales de dirigir.
No se compare. Lo que otros directores de la empresa, de la competencia o de otros ramos hicieron, puede ser un ejemplo, pero hay que tener cuidado, porque las comparaciones negativas denigran al que las hace.
No piense que por tener ya algún tiempo en el cargo, conoce los procesos de la empresa al dedillo y se considere un experto. Todos los días se aprende algo nuevo.
Acepte que todo el mundo le puede entender. Aunque no hable su idioma, no tenga miedo.
La franqueza y la buena intención rompen las barreras jerárquicas y de lenguaje organizacional.
No derroche el dinero. Gástelo en cosas que no signifiquen una carga fija o inútil. Viaje ligero de equipaje, para que los virajes estratégicos sean dinámicos.
No intente conocer la empresa, el sector o la industria en un mes. Más vale estar siete días en un tema que siete temas en una semana.
Un viaje es una aventura. Busque lo inexplorado, lo que nadie ve, y que, al encontrarlo, seguramente cambiará su vida, su forma de gobernar y a la empresa misma.
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