¿Cómo manejar situaciones difíciles con el jefe y los compañeros?

Publicado en Empleo y vida en el trabajo

En una oficina se convive con otros trabajadores (superiores, compañeros y subalternos) que tienen como común denominador el logro de objetivos y metas que permitan alcanzar el crecimiento o fortalecimiento de la organización donde laboran.

Sin embargo, en muchas ocasiones, esa convivencia no resulta fácil, ya que pueden surgir conflictos debido a personalidades fuertes, intereses contrarios, etc.

Entonces surge la siguiente interrogante: ¿Cómo manejar situaciones difíciles que podrian derivar en graves problemas laborales? En este sentido, se detallan una serie de ejemplos de situaciones que podrían presentarse al laborar en una empresa y qué se puede hacer al respecto.

Situación No.1: En la oficina se permite oir música, pero su compañero lo escucha a todo volumen

Muchas empresas permiten que dentro de sus oficinas los empleados puedan escuchar música. Sin embargo, existen aquéllos que abusan y que la ponen a todo volumen lo cual trae, como consecuencia, desconcentración al resto de los compañeros.

A este respecto, se recomienda, primero, hacer algún comentario simpático sobre la situación como, por ejemplo: “la música está chévere, pero el volumen no es el adecuado” e incluso se puede motivar para que use un audífono y luego obsequiarle uno para que tome en cuenta que su comportamiento distrae e interrumpe la concentración de todos. Algunas veces los compañeros de trabajo no notan que están haciendo algo realmente molesto, simplemente porque es un hábito para ellos.

Un grupo de compañeros se pueden acercar, también, para conversar de forma amigable. Se debe recordar que él no es su jefe, sino un compañero de trabajo, de manera que se pueden establecer acuerdos entre compañeros en el cual se disponen reglas, en donde la diversión de uno no afecte al otro. Lo importante es no dejar que los malos hábitos de un compañero afecte la concentración o productividad en el trabajo”.

Situación No.2: Exigir que no atrasen nuestro trabajo.

En la mayoría de las empresas el trabajo depende de que otros hagan su parte. Si una persona no cumple y atrasa repetidamente la cadena hay que actuar de inmediato.

Hable con la persona primero de manera informal para averiguar qué está pasando, aunque no sea el jefe, pero así la persona toma conciencia de que afecta a los demás. Quizá existe una falla en los procesos y juntos puedan pensar en una solución o pedir ayuda a un superior.

Sin embargo, si la conducta se sigue repitiendo, debido a que la otra persona no cumple, se debe hablar con los supervisores. Si usted no los entera, no se queje si más adelante ocurre algo grave y la respuesta de sus jefes es: “usted no nos dijo que había un problema en tal área” y ponga su puesto en pelligro.

Por ello, no se recomienda caer en la actitud de si a los demás no les importa que esto se presente a tiempo, a mí tampoco o que me quedo callado por solidaridad. Es importante que la persona que se atrasa sea responsable de las consecuencias.

Situación No.3: Averiguar por qué no está recibiendo un reconocimiento

Después de trabajar con dedicación, voluntad y empeño todo el año, llegó, por fin, el período de bonificaciones o ascensos. Sin embargo, usted observa que su jefe no le da ni las gracias.

Ante esta situación, usted se siente desilusionado. Sin embargo, se debe evitar rumiar la pena por los pasillos o afanarse por averiguar qué bonificación le dieron a sus compañeros.

Por el contrario, se debe pedir una cita con el jefe directo para hablar sobre su desempeño. Tal vez usted ha cumplido con ciertas metas, pero no eran las que sus supervisores esperaban; tal vez se decidió a reconocer a los más viejos de la empresa o a los que ganaban menos dinero y el próximo año le toca a usted, esto podría explicárselo su jefe.

Vaya a esta reunión con serenidad, no con aires de víctima ni de indignación, sino dispuesto a escuchar. Tal vez su jefe se vio en la dura decisión de elegir a quién le daba los aumentos y a quién no. Si éste es el tercer año consecutivo en que se siente que lo han dejado aparte de los aumentos, tampoco grite o ataque a su supervisor, con esto solamente conseguirá un intercambio de insultos.

Una reunión de este tipo le permite saber hacia dónde va usted en esa compañía. No hay que negar que en ciertas empresas los ascensos se dan por favoritismo. En esos casos toca analizar sus opciones y pensar si vale la pena quedarse allí.

Situación No.4: Qué se le puede decir a un compañero que acaba de ser despedido

La clave está en observar y leer el comportamiento verbal y no verbal del compañero, ya que ello dará la pauta sobre lo más conveniente a realizar en este caso, tratando de captar su disponibilidad o no para entablar una conversación sobre el tema que le aflije.

Se recomienda usar frases sencillas tanto en extensión como en contenido, ya que prolongar las frases en exceso puede contribuir a que el compañero se confunda o se pierda más. Por otro lado, buscar un contenido complejo tratando de que la conversación sea atractiva, puede igualmente producir un efecto contrario.

Si el compañero inicia la conversación sobre el tema, lo mejor sería escucharlo de manera empática y validar los sentimientos que afloren durante el proceso, sin entrar en juicios de valor, si fue correcto o incorrecto el despido. Con ello le daremos la oportunidad de ventilar y sacar emociones a flote y aliviar su posible tensión o molestia.

Se debe evitar empezar a preguntar detalles sobre la situación, solamente con el fin de satisfacer la curiosidad. Menos prudente es si no es íntimo de la persona.

Es importante recordaar que no existe un trabajo perfecto, compañeros perfectos ni entornos perfectos, lo importante es cómo uno lo afronta.